12 Ago Cómo preparar y servir horchata en casa
Una cuestión de amarla u odiarla, sin medias tintas. La horchata de chufa es capaz de levantar las pasiones más desenfrenadas y los aborrecimientos más absolutos como ninguna otra bebida entre quienes se animan a catarla. Su particular sabor y su dulzor, definitivamente, no son para todo el mundo. No obstante, pocos brebajes son tan característicos de la época estival y, sobre todo, de la costa mediterránea española como lo es este. ¡Por lo que te animamos a darle una oportunidad!
La leyenda de la que surge su nombre
Existe una historieta que, realidad o ficción, pone origen al término horchata (orxata en valenciano). Y esta viene a decir que cuando una joven dio a probar por primera vez la bebida a Jaime I, Rey de Aragón, éste quiso saber más sobre ella enormemente encantado por su sabor. La joven le aclaró: “Es leche de chufa”. A lo que el Rey contestó: “¡Aixo no es llet, aixo es or xata!” (¡Esto no es leche, esto es oro, guapa!).
Nos creamos más o menos la leyenda de su nombre, lo cierto es que la huerta valenciana es una tierra en la que se cultiva desde hace siglos este preciado tubérculo, esencia de la horchata: la chufa. A pesar de contar con una amplia historia de cultivo a lo largo del mundo (pueden encontrarse referencias a ella en libros persas, árabes, egipcios o chinos muy antiguos), la chufa se asentó en las áreas mediterráneas de la actual Comunidad Valenciana gracias a la cultura islámica. Y tal fue su arraigo que de ahí surgió nada más y nada menos que la Denominación de Origen de la Chufa de Valencia.
Sobre la chufa
El sabor de la chufa es muy peculiar. Es dulce, terroso y almidonado. Y, a pesar de que se puede tomar en crudo (tras haberlo hidratado) como un snack, su principal utilidad es para la elaboración de la famosa horchata. Una bebida refrescante imprescindible en la dieta mediterránea y cada vez más extendida gracias, en parte, a sus grandes beneficios para la salud.
Numerosos estudios han concluido que la chufa posee propiedades digestivas muy saludables por su alto contenido en almidón y aminoácidos. Además, es rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio y el hierro, así como en grasas insaturadas y proteínas. Haciéndola recomendable para todo tipo de personas y particularmente beneficiosa para madres gestantes, niños y adolescentes o vegetarianos y veganos. ¿Quién te iba a decir que la chufa era un superalimento?
¿Cómo se prepara la horchata?
El primer paso para la elaboración de la horchata es el lavado de las chufas. De esta manera, se retira todo resto terroso del tubérculo. A continuación, se seleccionan las chufas para evitar aquellas que se encuentren en un estado defectuoso, se vuelven a hidratar, se desinfectan, se trituran y se dejan macerando durante unas pocas horas. Finalmente, de este triturado se separa el líquido del sólido y, tras su prensa, se tamiza el primer extracto. Un segundo extracto sale de la mezcla del residuo del tamiz y del prensado junto con 2 litros de agua por kg de chufa, llegando a un extracto final uniendo el primero y el segundo. Se añade azúcar, se enfría y ¡listo!
Es importante aquí tener en cuenta que, para que el brebaje sea considerado como una horchata óptima, las chufas utilizadas deben ser de excelente calidad. Y para ello, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen establece una serie de requisitos a cumplir. Y estos son aplicables a todas las formas de la bebida: líquida, granizada, congelada e incluso cremosa.
¡Aprende a prepararla en casa!
Si bien es un proceso un tanto elaborado, la horchata es perfectamente susceptible de ser preparada en cualquier casa. Para ello, tan solo se necesitan unos pocos ingredientes y algo de paciencia y mano diestra.
Ingredientes:
- 250g. de chufa.
- 100g. de azúcar.
- 1l. de agua.
Instrucciones:
Deja las chufas a remojo durante un día completo y enjuágalas para retirar cualquier rastro de tierra. Una vez limpias, tritúralas junto a medio litro de agua y exprime la pasta que resulte en una tela finita haciendo alarde de fuerza. Vuelve a triturar la masa recién exprimida junto al otro medio litro de agua y, de nuevo, exprímela. Por último, añade el azúcar y remueve la mezcla hasta que se disuelva y déjala enfriar en la nevera para servirla bien fresca.
A la hora de llevarla a la mesa utiliza vasos de cristal con alta capacidad y, a ser posible, altos, ya que la horchata se suele servir en cantidades grandes para combinarla con otros dulces. Vasos idóneos para la bebida son, por ejemplo, el Avant Garde o el Wayne High Ball.