Copas de vino

¿Cómo conservar el vino en verano? ¡Consejos para mimar la bodega de casa!

Encontrar el lugar perfecto para conservar nuestras botellas de vino en casa no es tarea sencilla. Todo depende, claro, de nuestra afición por esta bebida y del espacio del que dispongamos. Si queremos que nuestros vinos, ya sean blancos, rosados, tintos o espumosos, se mantengan en las mejores condiciones y no pierdan las características que los hacen tan especiales por culpa de factores como la oxidación, debemos seleccionar la localización idónea para guardarlos a salvo. Y esto cobra aún más importancia durante los meses de verano. 

El verano, como es lógico, repercute en la temperatura de los vinos. Las altas temperaturas, junto con los lugares cálidos y los rayos solares, pueden acelerar las reacciones químicas del vino, incluyendo la oxidación. Cuanta mayor sea la temperatura, mayor es el riesgo de oxidación. Y es que no se puede olvidar que el vino es un ser vivo que va cambiando con el tiempo y la exposición al oxígeno. De hecho, la oxidación es un proceso natural del vino, pero existen formas de ralentizarlo. Eso sí, una vez oxidado, ya no puede revertirse el efecto en la bebida. 

Cómo conservar botellas que ya han sido abiertas

Si la botella de vino que quieres conservar ya ha sido abierta, debes taparla de forma hermética con su mismo corcho u otro en mejores condiciones inmediatamente tras haberte servido. También, es importante que la conserves de forma vertical y no tumbada (como se hace con las botellas sin abrir) ya que así se evita más actividad bacteriana. El lugar de conservación debe ser un espacio fresco, como una nevera o vinoteca, ya que el frío reduce la aceleración de oxidación, aunque no llega a evitarla. Por otro lado, no debes exponer el vino al sol y debes mantenerlo alejado de la luz, ya que los rayos solares pueden acelerar las reacciones químicas.

Cómo conservar botellas que aún no han sido abiertas

Para las botellas de vino que aún no has abierto y que quieres guardar en casa, lo más adecuado para conservarlas en todo su esplendor es almacenarlas en una bodega subterránea debajo de casa. Como no es habitual contar con una, también te serviría un almacén o trastero subterráneo. No obstante, si no cuentas con estos espacios, lo ideal y más aconsejable es una vinoteca doméstica. Así, si en verano superas en casa los 18/20 grados centígrados y el 70% de humedad, debes escoger entre las opciones anteriores. Y si no puedes acceder a ninguna de ellas, antes de exponer la bebida a las altas temperaturas estivales, puedes optar por la nevera.

La perfecta bodega en casa

Para que el vino se encuentre en óptimas condiciones cuando por fin lo decidas abrir y degustar, has de tener en cuenta varios requisitos en su conservación: la temperatura, luz, humedad, localización de almacenamiento y posición de las botellas. ¿Lo ideal? Una habitación fresca, aislada del exterior, orientada hacia el norte y preferiblemente sin ventanas o con muy pocas entradas de luz. Con una temperatura media que ronde los 12 grados, que no sufra oscilaciones y una humedad en torno al 75%. 

Debes evitar lugares que superen los 20 grados centígrados, sobre todo en verano. Por lo tanto, cocina y salón quedan totalmente descartados debido a su temperatura, luz, olores, ruidos y vibraciones. Opta por lugares oscuros en los que la temperatura no cambie y a los que se acceda en contadas ocasiones. Sobre todo, evita la luz solar directa, ya que la luz y el sol son los más grandes oxidantes. Así, buenas opciones serían los trasteros, el interior de armarios… Espacios fríos, con cierta humedad y temperatura constante.

Además, la posición en la que almacenes las botellas es muy importante. Y lo ideal es hacerlo horizontalmente, es decir, tumbadas (siempre que las botellas no hayan sido ya abiertas). De esta manera, la bebida siempre estará en contacto con el corcho de la botella y éste permanecerá mojado e hinchado, sin perder flexibilidad y sin dejar que el oxígeno se cuele en el interior. Importante también es colocarlas de manera ordenada, para que no tengas que mover varias cada vez que quieras acceder a una.

Sigue estos consejos y te asegurarás de degustar tus vinos según fueron pensados por sus bodegas, en las mejores condiciones. No permitas que el paso del tiempo o el calor del verano estropee tus botellas por no haber escogido un buen lugar de conservación. Además, para completar la experiencia y aumentar aún más las sensaciones en su degustación, cuando llegue el momento de abrir una botella, sirve el vino en copas de cristal fino ideadas especialmente para la bebida. ¡Todos tus sentidos lo agradecerán!