26 Feb Una relación estrecha entre el vino y la copa en la cual se cata
La copa de vino como una herramienta para el sabor
La fermentación de las uvas frescas es el componente fundamental de la composición de un vino, además está compuesto de agua, alcohol etílico o Etanol, glicerina y glicerol, ácidos, y sustancias fenólicas que son las responsables de su sabor y su aroma.
Eso lo sabemos todos; lo que no sabemos es que esas sustancias y esos elementos no son los únicos responsables del sabor y el aroma de un vino, puesto que los matices de sabor del vino que estamos catando varían según la copa en la cual lo bebamos.
Por esta razón los fabricantes de copas se centran en la utilización de las copas, en los materiales con los que se fabrican, la forma y la transparencia de las mismas, elaborando así copas específicas para cada tipo de vino.
¿Copas de vidrio o DKristal?
Aunque el vidrio y el cristal tenga ciertas similitudes, si tenemos que elegir una copa para una cata de vino, sin lugar a duda elegiremos una copa de cristal.
Las razones son simples, la delgadez y la transparencia de las copas de cristal influye en la temperatura del vino que es conservada de mejor forma;
Además, las copas de cristal poseen una porosidad mayor que las copas de vidrio, por lo que permiten que el vino se impregne en una mayor superficie y así podamos apreciar mejor los aromas que desprende.
Nuestra lengua también juega un papel muy importante en este proceso, ya que en ella se pueden diferenciar cuatro áreas, cada una encargada de percibir gustos diferentes. La parte superior de nuestro órgano muscular percibe los sabores astringentes (el sabor de los dátiles o caquis), la punta de la lengua percibe los sabores dulces, las zonas laterales los ácidos, y los extremos los salados.
Por otro lado, la forma de nuestra copa también resulta muy interesante a la hora de catar un vino según la uva con la que esté fabricado, no podemos utilizar la misma copa para un vino blanco seco que para un vino rosado.
Una copa para cada vino
En lo que al tamaño se refiere, no es de gran importancia con respecto al sabor, aunque sí se puede intensificar el aroma del vino, para apreciarlo debidamente este deberá servirse hasta una cuarta parte de la copa, así desprenderá gradualmente su olor cuando hagamos un movimiento rotatorio con la copa.
La forma variará en función del tipo de vino:
- Para los viejos vinos tintos, la copa ideal será una copa amplia y tripuda, que facilitará la oxigenación sin evadir los aromas y creará una percepción sensacional muy armónica.
- Los medianos vinos tintos una copa grande y redondeada que exagere los matices al girarla.
- Si queremos catar un vino blanco utilizaremos una copa más pequeña, de forma tulipa prolongada y propicia para apreciar sus aromas frescos y aromáticos.
- En los vinos secos y espumosos una copa flauta será nuestra opción perfecta para la formación del perlage.
DKristal ofrece distintas copas de vino en función de la uva con la que esté fermentado, entre ellas:
- ‘Splendour 45’: Vaso de vino clásico y destinado al uso diario en vinotecas, restaurantes o áreas de degustación, redondeada y estilizada para vinos blancos.
- ‘Elite’: Con forma suave y redondeada, extremadamente ligera y resistente. Esta copa presenta dos tamaños, uno mayor ideal para vinos tintos y otro menor perfecto para vinos blancos.
- ‘Ideal 30’: Esta copa tiene como objetivo la cata de vinos, su boca redondeada más estrecha que el cuerpo retiene y concentra los aromas, y su borde fino es perfecto para dirigir el vino hacia las zonas más adecuadas del paladar.
Especialmente adecuada para vinos de Andalucía caracterizados por su finura y olor.