25 May La importancia del cristal en una copa de vino
Beatrice Ward, una de las más famosas tipógrafas del siglo pasado expuso en 1932 ante sus colegas de profesión una charla llamada «The cristal Globet», ó «La copa de cristal». En esta charla que a posteriori pasó a ser un ensayo, exponía mediante la metáfora de una copa de cristal, el paralelismo de las virtudes de su profesión, la tipografía. Extraemos parte para que puedas comprender mejor la importancia del cristal:
«Imagina que tienes delante de ti una garrafa de vino. Puedes elegir la cosecha que mejor prefieras para esta demostración imaginaria, así su reflejo carmesí será más profundo. También tienes dos copas. Una es de oro macizo ricamente adornada y la otra de cristal fino y transparente, como una pompa de jabón. A continuación, vierte el vino en una de ellas y pruébalo; según elijas una u otra yo sabré si eres un buen degustador de vinos o no.
Así, si no entiendes nada de vinos, te sentirás tentado a beber en una copa que ha costado una gran cantidad de dinero y si, por el contrario, eres un buen aficionado a las vendimias excelentes elegirás la copa de cristal ya que toda ella ha sido creada con la finalidad de revelar, en vez de ocultar, las cosas bellas que puede contener.
Siguiendo a esta fragante metáfora puedes encontrar que la mayoría de las virtudes atribuidas a la copa de cristal tienen su paralelismo en la tipografía. (…)».
Con este fragmento buscamos la reflexión. Está claro que la transparencia y la finura de una copa de cristal son básicos para el disfrute del vino, pero, ¿es tan importante este elemento para un mejor experiencia?, ¿existe diferencia entre beberlo en una copa de vidrio o de fino cristal? La respuesta es sí.
Comenzando por una razón hedonista, no nos equivocamos al afirmar que lo primero que analizamos es la belleza del licor dentro de una burbuja de cristal prístino; los brillos y matices de color dorado como el sol, rojo como la sangre… y la densidad de su movimiento… el rastro de las las lágrimas glicéricas recorriendo el interior de la copa y deslizándose suavemente por su pared. Es para los ojos un deleite.
Un pie alto permite no alterar la temperatura del líquido ni manchar la copa, y su ligereza y tacto delicados permiten removerlo mientras observamos atentamente y dejamos que el ligero movimiento, permita al vino expedir su aroma. Aunque no lo sepas, se dice que las copas de cristal lo absorben rápidamente, y hacen que éste se prolongue en la copa mayor tiempo e intensidad.
Llega la hora de la verdad: catar el vino. Nuestros labios se posan en un finísimo y pulido borde de cristal: la copa es la llave que da paso del vino embotellado a una experiencia sensorial.
En Dkristal lo sabemos, y por eso le damos la importancia que se merece: calidad y resistencia. Cristal fino en Dkristal.