11 Nov A grandes vinos, grandes decantadores. Cuándo y cómo utilizar un decantador de cristal fino
Un buen decantador no es sólo un elemento de decoración en la mesa. Es mucho más que eso. Es una herramienta imprescindible para realzar las cualidades del vino.
¿Qué aporta el decantador? Dos grandes ventajas: permite una notable evolución del vino en el momento de consumo. Y facilita que muestre sus cualidades mejor y más rápido que sirviendo directamente de la botella a la copa.
Dos son las claves de un buen decantador:
Oxigenación. El decantador permite la oxigenación del vino, su contacto con el aire antes de ser servido en la copa. El cuello largo define la caída del vino (un primer momento de oxigenación) y su base ancha facilita que esa primera oxigenación se mantenga en el tiempo. Y que el vino vaya evolucionando de manera rápida y eficaz antes de llegar a la copa.
Filtrado de impurezas. Cuando un vino es decantado, se eliminan los residuos que pueda haber en la botella (sedimentos del propio vino, restos de corcho…). Vino, y sólo vino. Es lo que garantiza el uso del decantador.
¿Cuándo es obligatorio el decantador? Los expertos sumilleres recomiendan el uso del decantador en vinos que superen los cinco años de maduración. Son vinos complejos, con innumerables matices en aromas, colores y sabores… y necesitan oxigenarse para mostrarse en su máxima expresión en la copa.
En cristal fino. Es la mejor opción. El cristal mantiene el vino en la temperatura adecuada y, si es un decantador de cristal fino, ganaremos además otras ventajas: la transparencia, el brillo, la ligereza y la facilidad para manejar el decantador. Además de la elegancia.
La elegancia de lo sencillo. El mercado propone diseños muy diversos. En DKRISTAL, apostamos por la elegancia de lo sencillo. Es la gran virtud de nuestro DECANTADOR Nº1, que destaca por su base ancha (ideal para oxigenar el vino adecuadamente) y un cuello estilizado, que llama la atención además por su curva central.
¿Te gustaría probarlo? Escríbenos: dkristal@dkristal.es