La Navidad es sinónimo de grandes banquetes. Es el momento de desempolvar nuestra mejor vajilla, sacar la cubertería de plata y mostrar con orgullo la fina mantelería que ha ido pasando de generación en generación en la familia. Nuestras casas rara vez están más adornadas y los detalles cobran la mayor de las importancias a la hora de recibir a nuestros seres más queridos. La mesa ha de estar perfecta para vivir uno de los momentos más especiales y cargados de sensaciones del año. Cuando se planea el menú que se servirá en veladas tan mágicas, también se ha de tener...